lunes, 2 de septiembre de 2013

Los libros: amigos en peligro de extinción


Por MC

¨Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora¨.               
 (Proverbio Hindú)
Desde que el mundo es mundo, mucho han mejorado en cuanto a factura y distribución las mejores formas halladas por el hombre para eternizar sus conocimientos: los libros. Muchas personas tratan de llevar consigo uno en sus viajes. Otros prefieren sentarse a leer a la orilla del mar o en un parque a la sombra de un árbol. Es indiscutible el placer que siente el lector cuando, además de leer, disfruta de tocar y oler las páginas de un libro impreso.
Desgraciadamente, este placer se está perdiendo. Con el paso de los años y el incremento de los avances tecnológicos, ha aumentado también nuestra dependencia de la tecnología. Con la aparición de los e-books e Internet, las páginas impresas de todo tipo han ido pasando a un segundo plano.

En los países del Primer Mundo, especialmente en los Estados Unidos, las cifras hablan por sí solas y reafirman que los libros en formato digital superan las ventas de los tradicionales. Además se acelera y se hace más cómodo el proceso para obtener un texto deseado, ya que a través de la Internet se pueden descargar instantáneamente, sin necesidad de salir de casa y dirigirse a una librería.
Además, si deseamos llevar varios libros en nuestro equipaje, no necesitamos disponer de una maleta para colocar los ejemplares que nos interesaría llevar en nuestro viaje. Hoy en día una gran biblioteca digital se puede llevar en un pequeño artefacto que cabe en cualquier bolsillo. Pero lo más importante es que no se necesita talar árboles. Así podremos tener más libros y también más oxígeno, cosa que beneficiaria en gran medida tanto a los lectores como al medio ambiente.
Pero independientemente de todas las bondades que pueda traer la literatura de ceros y unos, y aunque todo parece indicar que la transición es inevitable, resulta una tontería asegurar que los libros impresos en papel están destinados a desaparecer. Todavía hay muchos amantes de los libros tradicionales que se resisten al cambio.
Dentro de ellos me encuentro yo, que prefiero sentir el placer de ojear un buen libro, subrayar, tomar notas y tenerlo al alcance de mi mano, tal vez en la mesita de noche o en una gaveta de mi escritorio. Lo prefiero a tener que leer frente a un ordenador, e-book o algún otro artefacto digital.
No me considero una persona de mente cerrada, chapado a la antigua, solo tengo 20 años y de cierta manera necesito de la tecnología, pero solo para lo necesario: me niego a ser ¨tecnodependiente¨.
La razón por la cual no me siento motivado por un libro en formato digital, independientemente de lo bueno que sea, es porque no los considero "verdaderos libros".

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