viernes, 6 de septiembre de 2013

El último mártir del rock


Por: RLA, el fan cubano no.1 de Kurt Donald Cobain

Talento y rebeldía, las armas de Kurt Cobain
Estaba en lo cierto el gran Bob Dylan cuando expresó: “Ese chico tiene corazón” al oír en vivo la canción Polly de Kurt Cobain. Referirse a cualquiera de sus canciones implicaría comprometerse de alguna manera con una de sus historias oscuras o mensajes, que dan al traste con la realidad en la que vivió Cobain y de la que algunos años después somos testigos aún.

Muchos se preguntan porqué se suicidaría un hombre que tenía el mundo a sus pies, alguien que después de haber levantado al rock de un profundo abismo y de colocar su nombre, el de Seattle y el del grunge en lo más alto de la industria musical, se quitara la vida en la soledad de su apartamento.

Véanlo desde este punto de vista: Kurt Donald Cobain, un niño que nace en el seno de una familia cristiana; sus padres no lo apoyan en su inclinación a la música. Vive la terrible y traumática experiencia del divorcio de sus padres cuando apenas tenía 7 años de edad. Tendrá que esperar hasta los 14 para tener su primera guitarra, regalo de una tía.

Por demás, ha nacido en un pueblo al que siempre odió y en el que fue repudiado y visto como lastre, llegando incluso a vivir debajo de un puente. Su venganza fue dulce, en definitiva, porque ese mismo pueblo después lo vería como un héroe, por su fama.

Obligado por su condición médica de dolores intestinales jamás diagnosticados a consumir heroína, tuvo que librar luchas adicionales contra la depresión y la bronquitis crónica. Todo ello, sumado al desinterés que las personas a su alrededor le daban a su adicción, llevándolo a decir palabras como:
«Yo digo: ¿Qué pueden hacer ellos? No eran capaces de decirme que parara. Entonces a mí no me importó. Obviamente ellos pensaban que era algo parecido a practicar brujería. Ellos no conocían bien mi problema, y hasta pensaron que en algún segundo iba a morir». 

Pero se hizo camino, a golpe de talento y amigos. Junto a Krist llegaría Nirvana y con Dave los grandes éxitos. Smells Like Teen Spirit, Drain You, Come as You Are, Lithium, In Bloom, Heart-Shaped Box, All Apologies, Aneurysm, Pennyroyal Tea, About a Girl, Rape Me, Breed, Sliver, Dumb, You Know You're Right, Stay Away, Sappy, Something in the Way y Polly.

Gracias a todos estos temas, y a la simpatía que su música despertó en el gran público, miles de personas trataron de devorar al hombre que no deseaba nada de ellos y que solo quería dar su opinión acerca del mundo en que vivía, el hombre que se burló de todos y habló por todos. 

El que escribía poesías y canciones al mismo tiempo en unas pocas estrofas y que decía mucho, pero que nunca le agradó que le rebuscaran sus canciones; como ocurrió con su Himno Generacional (Smells Like Teen Spirit). Mientras todos los jóvenes trataban de buscarle un significado de rebeldía o desinterés hacia lo cotidiano y “legalmente normal”, él solo aseguraba que era una canción sin sentido y que cualquiera otra de sus canciones era incluso mejor que esta.

Su tema Polly llegaría incluso al extremo de ser utilizado como telón de fondo de violadores para cometer felonías.

Por otra parte, aunque era rico, compraba su ropa en tiendas del ejército de salvación y sus fans lo sabían y lo perseguían para imitarlo. 

Sus canciones abarcarían temas tan polémicos como la violencia a la mujer, el machismo, el amor, el odio, la soledad, la locura, etc… A la larga, ubicarse en el puesto número 12 de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos y en el puesto 45 de los 100 cantantes más grandes de todos los tiempos seguramente no debió ser nunca su gran sueño, no con las condiciones impuestas desde sus primeros pasos.

Las drogas, la falta de amor y quizás la presión de ser “El portavoz de la Generación X” en aquel momento, acabaron con su vida y lo convertiría, quiéralo o no, en el último mártir del Rock. 

Creo que con eso basta para recordarles a todos que vivimos en un mundo cruel, falso y vano, donde las amistades verdaderas escasean, que quizás deberíamos empezar a vivir y dejar de existir por un instante. 

“Reúnanse con los que más os quieren y si no los quiere nadie, por lo menos intenten ser tontos” (Los admiradores del aquí citado me entenderán). Aunque súmenle una frase de Neil Young incluida por Cobain en su nota de suicidio: “Es mejor incendiarse a consumirse lentamente”.

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