jueves, 19 de septiembre de 2013

Sagua la Grande: ¿ciudad o basurero?


Por MC

Aunque algo se hace, todavía el río Sagua sufre
Desde que el mundo es mundo y el Hombre empezó a enseñorearse de la vida, ha estado con nosotros la basura. Toda actividad humana genera desechos… y después de tantos años y de tanta gente, se hizo un problema dónde poner todo ese desperdicio.

En Sagua la Grande, la basura se ha convertido en una incómoda acompañante. A pesar del esfuerzo de mucha gente que trabaja para que así no suceda, las calles de nuestra ciudad tienen manchas de basura. En los barrios hay vertederos demasiado grandes y peligrosos, la gente hecha los desperdicios fuera del contenedor, y eso... en el caso de que exista alguno. 

Poco a poco, nos acostumbramos al desorden y a la suciedad. Nos acostumbramos a que no exista un recipiente apropiado, ni un lugar específico donde arrojar nuestra basura. Nos acostumbramos a vivir en medio de la mugre e incluso, a veces, en el mal olor. 


¿Por qué suceden cosas como estas? ¿Acaso ya no nos preocupamos por la higiene de nuestra ciudad? Al parecer no.
Lo peor del asunto es que esto no sucede solo en los barrios donde los vertederos ya son “bisabuelos” y han regado su descendencia por los alrededores. En el centro de la ciudad, donde se supone debería haber una mejor imagen, ocurre lo mismo. 

Las plantas bajas de antiguos edificios, bastante céntricos, por cierto, han sido convertidas en basureros inmensos que amenazan no solo la imagen del lugar, sino también la salud de las personas que viven, literalmente, sobre el basurero. 

Además, otro problema que atenta contra la imagen de nuestra ciudad es la falta de cestos apropiados para arrojar la basura en el centro de la ciudad. Yo mismo me he visto obligado a caminar varias cuadras con un envase vacío en mi mano, buscando un lugar apropiado donde botarlo, para no tener que cargar con él y llevármelo a casa. 

Otros, menos conscientes de sus acciones, los arrojan en cualquier esquina o simplemente lo arrojan al río. El Undoso es otra de las víctimas de la suciedad y el abandono: quien se detenga a observar las riberas del río Sagua verá que ante sus ojos resaltan los basureros, desperdigados a lo largo y ancho de sus orillas. 
¿Cuál es la solución para estos problemas? 

La primera medida, a mi juicio, sería la de colocar contenedores apropiados en todas las esquinas de la ciudad, para que tengamos un lugar donde colocar nuestra basura, sin vernos obligados a dejarla en el suelo o llevárnosla a casa. Entonces, luego de distribuir dichos contenedores, vendría muy bien alguna que otra multa contra los irresponsables que sigan incurriendo en dicha indisciplina.

Debemos salvar nuestra ciudad. Cuidémosla y mantengámosla limpia. Así no estaremos expuestos ni a la suciedad, ni a las enfermedades que ella acarrea.

Desde que el mundo es mundo y el Hombre empezó a enseñorearse de la vida, ha estado con nosotros la basura. Gestionarla con inteligencia no ha sido nuestro fuerte en las últimas décadas, tal vez por eso nos resulte ya tan cotidiana, que vive en nuestras mentes y actos.

Los sagüeros y sus autoridades, los que viven aquí y los que pasan de largo, deben siempre recordar que una ciudad es eso: una ciudad… y no un basurero.

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