Por MC
José Martí, el Héroe
Nacional de los cubanos, plasmó en su obra los horrores de la esclavitud. De
ellos fue testigo cuando apenas era un niño y andaba junto a su padre por la
espesura del monte. De repente frente a ellos se irguió un brutal espectáculo.
Un barco negrero
descargaba su carga en costas cubanas, los látigos rasgaban el aire para luego
arremeter contra las espaldas desnudas de los esclavos. Los más débiles caían
víctimas de la fatiga y el trato inhumano a que eran sometidos. Unos
sucumbieron ante tal atropello, en cambio otros se resistieron a ser
encadenados. A causa de esto varios fueron colgados como escarmiento. Este
cruel pasaje vivido por el joven Martí marcaría para siempre su existencia.
Herencia directa de la
esclavitud es el desprecio al negro, la creencia de que tienen menos derechos
debido al color de su piel, el racismo. Cabría imaginarse que a estas alturas
el racismo en Cuba ya estaría extinto.
Pero la realidad es
otra, pues la presencia de este fenómeno sigue vigente en la sociedad actual. A
raíz del triunfo de la
Revolución, se heredaron valores que ya estaban profundamente
enraizados en la conciencia social, valores que se concibieron durante la
conquista y colonización española y que posteriormente se agudizaron con la
dominación estadounidense.
Así junto a todo esto
que heredamos, penosamente nos llegaron también los prejuicios raciales. Ese
fenómeno que hoy en día todavía se manifiesta con mayor o menor intensidad
dependiendo de los distintos sectores sociales, a sabiendas de que los
prejuicios están de más en nuestro país.
El ARTÍCULO 42 de
nuestra constitución dicta lo siguiente:
¨La
discriminación por motivos de raza, color de la piel, sexo, origen nacional,
creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está
proscrita y es sancionada por la ley.
Las
instituciones del Estado educan a todos, desde la más temprana edad, en el
principio de la igualdad de los seres humanos¨
Sabido esto: ¿Por qué
se siguen observando escenas de racismo en nuestra sociedad actual?
Dentro de ellas
podemos destacar la manera despectiva en que algunos ciudadanos que se creen
totalmente "puros" tratan a las personas de razas diferentes. Por
otro lado, está el hecho de que muchas personas quieren, sin ninguna razón,
asociar la palabra "negro" con ignorancia, delincuencia,
marginalidad, inferioridad, etc.
Otras muestras de
racismo, aunque menos notables a simple vista, se encuentra en el sistema
educacional cubano. No me refiero al hecho de los estudiantes estén divididos
por sexo y raza a la hora de asistir a una escuela u otra. Al contrario,
tenemos la suerte de que en Cuba no existan distinciones ni de esta ni de
ninguna otra índole.
El problema radica en
los libros de Historia de Cuba de las diferentes enseñanzas, desde la
educación primaria hasta la universitaria. En dichos ejemplares hay una
ausencia de descripciones físicas a modo general y existe una débil mención y
reconocimiento a las figuras negras. Además, en los centros de enseñanza del
país no se plantea o asume el problema del racismo como se debería.
Todo esto sucede
porque aún nuestro sistema educacional está influenciado por la cultura
europeizante, la cual coloca a los blancos en una posición hegemónica. Esto
implica la poca mención de las figuras negras y las acciones protagonizadas por
estos.
Entonces, aprovecho
este espacio para hacer un llamado a la reflexión. Es necesario reescribir los
libros de historia, para así darles el crédito y el merecido reconocimiento a
todos esos ¨angelitos negros¨ que entregaron sus vidas para que hoy gocemos de
una patria soberana y libre de racismo.
De esta manera
educaremos a las nuevas generaciones de cubanos en las bases de nuestra
sociedad socialista tan llena de matices y sin distinciones de ningún tipo.
Recuerden que no solo es España nuestra madre
patria, sino que también lo es, y en gran medida: África toda.
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